La Ciudad

Gabriel García Márquez en los países socialistas

La charla versó en torno a la faceta poco conocida del escritor colombiano Gabriel García Márquez, y sus primeros años.

Por Virginia P. Forace (*)

Se realizó un nuevo encuentro del ciclo Habla el lector: conversaciones sobre literatura, charlas de divulgación destinadas al público general organizadas por el Centro de Letras Hispanoamericanas (Celehis). Este centro nuclea investigadores de la Facultad de Humanidades (UNMdP) dedicados al estudio de la literatura argentina, latinoamericana y española, y coordina diversos proyectos ?talleres en colegios secundarios, entrevistas en radio, publicaciones de acceso libre, entre otros? para acercar la producción de sus miembros a la comunidad.

En esta oportunidad, la actividad se desarrolló en la Biblioteca Municipal Leopoldo Lugones (zona puerto), donde Forace conversó con los asistentes acerca de una faceta poco conocida del escritor colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014), quien, habitualmente celebrado por su tarea como novelista o cuentista, tuvo una prolífica carrera periodística. La charla, titulada “Un palo pintado de rojo y blanco: Gabriel García Márquez detrás de la cortina de hierro”, versó en particular sobre sus primeros años (1948-1957) ?cuando aún no había obtenido el reconocimiento internacional y era un reportero semi desconocido?, poniendo especial atención a las crónicas que escribió sobre su viaje a los países socialistas.

El encuentro comenzó presentando los años iniciales del escritor, cuando empezó de forma casi simultánea su carrera como autor de ficción (1947) y como periodista (1948). Sus primeras columnas en El Universal (1948-1949) y El Heraldo (1950-1952), comentarios humorísticos sobre sucesos intrascendentes, fueron verdaderas escuelas de escritura donde aprendió el trabajo de estilista: la creación de semblanzas y cuadros, la expresión de reflexiones paradójicas, el uso de estereotipos y clichés para elaborar juicios simplistas sobre determinados sectores de la humanidad, etc. En El Espectador (1954-1956), perfeccionó su maestría en la crítica de cine, la crónica y el reportaje, con trabajos como la serie de entrevistas sobre el hundimiento del destructor Caldas (luego publicado como

Relato de un náufrago), textos que expresaron más abiertamente sus críticas a la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla y su deseo de develar los decretos del poder. Esto le valió el reconocimiento a nivel nacional como periodista de investigación y su viaje a Europa en 1955 en calidad de corresponsal, a fin de evitar posibles represalias, ya que algunas de sus notas habían molestado al gobierno.

Seguidamente, se relató la primera estadía de Gabo en el viejo continente y las particulares circunstancias de su viaje por los llamados países socialistas ?Checoslovaquia y Polonia en 1955, y la República Democrática Alemana (RDA), Unión Soviética y Hungría en 1957?.

Luego se debatió qué significaba viajar a esos destinos en la década del cincuenta, especialmente para políticos, intelectuales y escritores latinoamericanos, quienes creían que “la Revolución” había dejado de ser una utopía o una teoría política para convertirse en una realidad que se podía “palpar”. Esa es la consigna que guiará las observaciones de la serie de once crónicas que escribió para contar su experiencia: “He venido a ver”, “he venido a comprender”, dirá García Márquez en diversas oportunidades.

A continuación se presentaron individualmente los textos sobre Berlín, Leipzig, Praga, Varsovia, Cracovia (Auschwitz), Moscú y Budapest, los cuales fueron publicados en Momento (1957) y Cromos (1959), luego recopiladas en De viaje por los países socialistas.

90 días en la Cortina de Hierro (1978). Las crónicas expresan una visión general positiva, pero crítica ya que, si bien manifiestan la convicción firme de que el socialismo es el modelo político a difundir, no por ello dejan de denunciar los excesos, errores y absurdos atestiguados.

Esta perspectiva fue glosada en el encuentro con la lectura de fragmentos de dos crónicas, “La cortina de hierro es un palo pintado de rojo y blanco” y “Berlín es un disparate”, a partir de las cuales se produjo un productivo intercambio entre los participantes acerca del desmonte que realiza el escritor a través del humor y la parodia de las imágenes producidas por los medios de comunicación de Occidente sobre la realidad de los países socialistas, al igual que el develamiento del montaje propagandístico edificado tanto en Berlín capitalista (RFA) como en su par socialista (RDA). La identificación por parte de los asistentes de los diversos recursos de ficcionalización del relato ?uso de seudónimos, analogías, invención de una cronología, construcción de escenas, creación de personajes, entre otros? también generó un interesante debate acerca del estilo de escritura de García Márquez y su rol como observador crítico de realidad.

La charla cerró con una reflexión acerca del compromiso político del escritor, quien dedicó gran parte de su vida a la defensa de las libertades en América y la lucha contra gobiernos de facto a través de la publicación en prensa y la fundación de periódicos, revistas, e instituciones asociadas (Fundación para un Nuevo Periodismo Latinoamericano), y la invitación a seguir leyendo la brillante obra periodística de García Márquez.

(*)Miembro del grupo Estudios de Teoría Literaria

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